lunes, 16 de enero de 2017

VECTOR X

Luis Antonio Vidal

La cruz del delfín


-Jefe, quiero ser candidato- le dijo alguna vez un eterno aspirante al gobernador en turno.
 
-Yo no decido, es asunto del partido- respondió evasivo el interlocutor.
-No jefe, no me explico bien, quiero ser su candidato- rubricó con singular habilidad en el extremo de la lambisconería.
 
De los tiempos del priísmo hegemónico, la anécdota quizá intenta explicar que, en el fondo, los aspirantes pretendían no ser vetados por el gobernador, porque la designación se decidía en la capital del país.
 
Una muestra es Tabasco donde en las últimas décadas más efectivo ha sido el veto del gobernante que su voto. El aspirante más afín al mandatario (amigo, alumno, incondicional) no llega a ser candidato.
 
Sólo en el año 2000, Roberto Madrazo aplicó el dedo mágico a Manuel Andrade y lo hizo ganar en la elección anulada.
 
Seis años más tarde, a Andrade se le indigestó la sucesión y claudicó en su empeño de favorecer a Pechel Medina.
 
En 2012, Andrés Granier se amachó en designar a Luis Felipe Graham a la gubernatura. Apenas pudo hacerlo candidato a la alcaldía de Centro y ahí lo vapulearon.
 
Aún cuando hoy gobierna el PRD, la ortodoxia de Núñez es previsible. El veto prevalecerá, pero sin voto efectivo. Curtido en batallas electorales, sabe que quien sea candidato del PRD deberá estar muy distante de su gobierno para aumentar así sus posibilidades de ganar en 2018. En suma: el delfín del gobernante carga la cruz de no ser candidato.
 
Así seguirá siendo, es el precio de ser becario. Lleva mano quien sea ajeno al establo del mandatario, sólo procurando no ser vetado.
 
La Morralla
 
Antes que lo destituyan, el delegado de Sedesol, José Rubén Fernández, debería rendir cuentas por las irregularidades en el programa 65 y más. No son pocos quienes acusan a Sedesol de desvíos millonarios *** ¿Qué pasó con UBER? Campante, el servicio se otorga clandestino. Ya se desinfló la bravuconada de Agustín Silva. Hacerse de la vista gorda cuesta. *** En Macuspana, el bufón pasó de Cuco a caco.