lunes, 21 de diciembre de 2015

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Luis Antonio Vidal

Núñez: ¿el despertar de la fuerza?
Ocurrió durante una reunión en la Secretaría de Gobernación hace más de un año. El gobernador Arturo Núñez dialogaba con funcionarios de esa dependencia.
De pronto, sus labios soltaron la chispa que encendió las risas de los asistentes: “En Tabasco me siento como bombero, apagando fuego todos los días… y a veces ni agua tengo”.
Jocosa, la comparación traslucía un sentimiento de aflicción.
El bombero que nunca funcionó, y ya se va, se llama Raúl Ojeda. Pero queda más de esa fauna cuya inoperancia por deshonestidad o incapacidad dejan a su jefe en la absoluta indefensión ante la acre crítica de esa masa amorfa conocida como pueblo.
A finales del 2012, el entonces gobernador electo se reunió por separado con cada uno de quienes integrarían su gabinete. Algunos no estuvieron de acuerdo con la posición ofrecida, pero aceptaron.
“Es un gabinete de transición”, les explicó.
Ese gabinete, entendido así por el gobernante, se ha parchado por renuncias o ineficiencias a lo largo de tres años. Quien conoce a Núñez sabe que es un hombre de ciclos y la mitad del sexenio marca uno importante en esto de la administración pública.
El gobierno necesita una reingeniería política a partir del 2016. Ya no más curva de aprendizaje. Ya se cumplió el pago de facturas a las corrientes políticas, partidistas, amigos y aliados.
Nadie puede asegurar que los ajustes habrán de mejorar la marcha del cambio verdadero para otorgarle a Núñez la posibilidad de mejorar los niveles de aceptación entre los tabasqueños cuya plegaria común para el año venidero tiene que ver con el esperanzador despertar de esa fuerza presumida por el ex diputado federal por sus blasones políticos.
¿Podrá girar la nave hacia el bienestar ofrecido en campaña? ¿Se sacudirá los lastres?
Urge echar a los mercaderes del templo, como Mateo lo cuenta en el buen libro de todos los tiempos.
En la ruta del golpe de timón ofrecido por Núñez en este corte de caja, a su gobierno lo acechan intereses políticos, hechos de todo calibre que advierten un fin de año y principio de otro realmente en convulsión.

Peña: El Imperio contraataca
Adversarios del gobernador capitalizaron la crisis en la Secretaría de Salud con una precisión de –paradójicamente- cirujano.
Tabasco se ubicó en un escándalo nacional con proporciones de alarma por el rústico manejo político del sector por parte de Juan Filigrana. Aparecieron a nivel nacional reportajes en horario triple A de la televisora más importantes del país.
Se sumaron a ello las críticas en diarios nacionales de columnistas al gobernador y sus más cercanos, aderezadas con el dulce durazno de la sospecha sobre la honestidad en la administración de los recursos económicos que la Federación envía a Tabasco.
Televisión, radio, diarios y portales de información como Reporte Índigo enderezaron una campaña mediática contra el gobierno. No es común ni fortuito.
Una poderosa mano meció la cuna. Esa influencia en las redacciones de los medios de comunicación sólo puede ejercerla el poder político. En pocas palabras: el Gobierno de la República.
De remate, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló la elección del municipio de Centro y dejó sin efecto la constancia de mayoría al perredista Gerardo Gaudiano.
Es la primera ocasión en la historia de los juicios electorales en el país que los magistrados echan abajo una elección donde la diferencia entre el primero y segundo lugar es de 13 mil votos.
A Gaudiano se le identifica con Núñez, condición sine qua non (dirían así pomposamente los insignes abogados) el perredista hubiera ganado el juicio; pero al considerarse Gaudiano como afín al gobierno, la línea de Los Pinos trazó la ruta a los magistrados.
En síntesis, la Federación aprieta tuercas en Tabasco. Empieza a cocer al gobierno tabasqueño a fuego lento, muy lento.
El Imperio contraataca. Aquí no es ficción, es real.

AMLO-Fócil: El ataque de los clones
Las embestidas también se dan entre militantes del mismo partido.
Juan Manuel Fócil, diputado local electo, decidió jugar a las vencidas con el mandatario para convertirse en una especie de corriente crítica dentro de la fracción parlamentaria del PRD en la próxima legislatura cuyo liderazgo corre a cargo de José Antonio de la Vega, operador político de don Arturo.
Digamos que será Fócil para la fracción del PRD lo que en su momento fue Lorena Beaurregard para el PRI y Andrés Granier en la LX legislatura local. Un verdadero dolor de huesos.
Para cerrar la pinza, Andrés Manuel López Obrador, ex perredista de cepa, una especie de Darth Vader, que de la luz pasa a las sombras y de protagonista a antagonista, ha marcado distancia de ese partido y tunde, cada que puede, al gobierno de Núñez, a quien impulsó como candidato al gobierno en el 2012.
La clonación de los genes del PRD dio origen a un extraño androide, de extrema izquierda, impulsivo y decidido a lanzar sus dardos a los perredistas con la evidente intención de succionarle liderazgos y ganar elecciones con su escisión.
Anote las batallas a enfrentar por quien manda en la Quinta Grijalva: combatir a los morenos y sortear a la tribu perredista de Fócil que controla el PRD tabasqueño. 

Nueva elección: La amenaza fantasma
A la fuerza del imperio enfurecido y las descalificaciones de Andrés Manuel, apareció un escenario no calculado: integrar un concejo municipal para Centro.
En los hechos, la legislatura saliente nombrará al trío de impolutos ciudadanos que deberán asumir el gobierno municipal el uno de enero de 2016.
No hay que hacerse bolas, es facultad política y responsabilidad absoluta del gobernador Núñez designar la integración el concejo. Su decisión será turnada al Congreso para ejecutarse.
No trae sable de luz para enfrentarse a partidos y diputados de oposición. No lo hará. Sabe cabildear, sobre todo ante la el riesgo que representa cualquier resquicio de ingobernabilidad en el municipio más importante del estado.  
Horas inciertas se viven en vísperas del año nuevo. Que la fuerza lo acompañe. Un error, el abismo.
En todo este enredo ¿a qué horas hay tiempo para gobernar este laberinto?

La Puntilla
Mientras R2D2 se transforma en el Jedi que todos conocieron, la galaxia se despedaza.


Twitter: @vidal_38




miércoles, 16 de diciembre de 2015

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Luis Antonio Vidal

Cometí el pecado de confiar en mis amigos: Granier (desde Tepepan)

·         “Díganle a Arturo que ahí muere esto”, implora el químico
·         Un visitante al hospital-penal de Tepepan narra testimonios de su encuentro con el ex gobernador

Luis Antonio Vidal

Son los pasillos del reino de la aflicción, de la desdicha. Conducen al aislado A-4 de Medicina Interna, en una de las dos torres del hospital general de Tepepan, en el Centro Femenil de Readaptación Social.
Ahí, en ese cuarto de sanatorio, el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, ha pasado los últimos 29 meses de su vida.
“Se respira tristeza y enfermedad. El dolor también lo sufre quien llega a verlo”, me confía un amigo del químico cuya visita al penal por tercera ocasión ahonda su compasión.
Relata las condiciones del ex gobernador, un hombre cuya popularidad entre los tabasqueños alcanzó niveles inimaginables después de las inundaciones del 2007.
Vive en un cuarto de 16 metros cuadrados. Ahí pasará su tercera navidad, en una vieja cama de hospital, de aquellas de resortes. A un lado, un tripie para colocar sueros; al otro, una cómoda de madera, con libros que no lee y revistas que le cambian cada quince días. No tiene acceso a periódicos. Escucha radio en un minicomponente.
Se entretiene también con un televisor sin acceso a canales pagados, sólo los de señal abierta. Un par de sillas de oficina están dispuestas para sus visitantes.
Una cortina de plástico sirve como puerta del baño. No hay lujos, por el contrario, son condiciones austeras, de verdadero castigo.
En la cómoda, el químico ha organizado sus medicamentos. Es un arsenal de antihipertensivos, tranquilizantes y antiarrítmicos.
Su vida es un péndulo, monótona.
Los minutos parecen días y las horas, meses. Se despierta a las seis de la mañana y se duerme temprano. Sale de su cuarto, camina por el pasillo. Saluda a médicos, enfermeras y vigilantes. Vuelve a entrar. Nada más. Es un angustiante encierro para quien ejerció el poder hace pocos años.
No baja a la cancha de tenis ni al pequeño gimnasio donde algunos pacientes se ejercitan. No hay humor. Salud, muy poca. 

Sus visitas
Todos los días, su esposa, doña Tere Calles, le lleva comida en contendedores de plástico. Siempre se le permite pasar un teléfono celular que le presta a su esposo para hacer llamadas a algunos amigos y familiares. Manda mensajes de texto y a veces recados por escrito.

Si alguna vez alguien escribió aquel triste verso carcelario “En este lugar maldito, donde impera la tristeza, no se castiga el delito, se castiga la pobreza”, ese axioma no se cumple con Granier.
Dinero tiene. Suerte y perdón político, no. Aún no. Desde que tomó protesta como gobernador, los santos se le voltearon.
Doña Tere autorizar las visitas que son programadas cada jueves. Ella es el filtro, precia consulta con su marido.
La visita debe cumplir el reglamento del hospital-penal. No usar prendas de mezclilla, objetos de valor ni aparatos electrónicos.
En la diáspora de granieristas, sólo lo han visitado –y así lo ha aprobado el mismo químico- amigos y ex colaboradores como Santos del Campo, Marcela González, Rafael González Lastra, Edén Moheno, Miguel Romero, Carmen Mayans y uno que otro empresario.
“Granier no está bien de salud, su problema coronario es real”, me asegura el confidente y lo describe con cabello cada vez más escaso, canoso, más arrugas, deprimido, de hablar pausado.

Nostalgia y llanto
Una expresión de lamento, de triste tono gutural, suelta el político recluido cuya confianza con el visitante le permite compartir la reflexión, sentimiento y resentimiento, todo en unas cuantas palabras:
“Cometí el pecado de confiar en mis amigos. No entiendo por qué estoy aquí, por qué yo debo estar aquí”.
En ese momento, Granier rompe en llanto.
Es una lección que no se aprende en cuero ajeno hasta que el propio sufre las deslealtades y lo desollan.
Con voz entrecortada, vencida, hace una petición a su visita: “Díganle a Arturo (Núñez) que ahí  muere todo esto, yo no debo estar aquí, nunca debí, a mí me traicionaron mis amigos, les di la confianza y yo estoy pagando por ellos”.
Apenas el año pasado, relata el confidente, su tono era diferente, entrón, a su fiel estilo, atrabancado y decidido a demostrar su inocencia.
En aquel entonces, fuerte y erguido, se engallaba: “Dicen que me quieren llevar a Villahermosa. Eso quiero, que me lleven al CRESET, ahí verán cuánta gente me quiere y cuántos llegan a visitarme todos los días”.
Ahora ya no es su deseo. Cuenta la horas para salir de ese infierno, de ese castillo de la amargura y la nostalgia del poder perdido.
Los hombres del poder lo doblegaron. Y sus amigos lo abandonaron.

Twitter: @vidal_38