domingo, 29 de diciembre de 2013


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Luis Antonio Vidal

Son pobres, dales una despensa
De repente, Villahermosa se colapsó con marchas y plantones.

No se resolvieron a tiempo y con oficio dos conflictos sociales que, como siempre sucede, terminan por convertirse en problemas políticos.

O mejor dicho, se atendieron con desprecio y desdén al ciudadano.

A los afectados por el pozo Terra 123 en Oxiacaque les machucaron los dedos con la puerta cuando buscaron que Pemex les pagara sus daños.

Carlos Morales Gil, mandamás en PEP, les soltó: tendrán una despensa y ya veremos si les reparamos la escuela, le pavimentamos una calle o le pintamos el parque.

Confórmense, les dijo en pocas palabras, con una despensa, porque no hay dinero para pagarles sus vacas muertas ni sus cultivos quemados…y háganle como quieran.

Para qué son pobres y habitan tierras ricas.

El gobierno del Estado también aportó su grano de desdén. Dobló las manos y expresó su beneplácito con la decisión dictada por Emilio Lozoya.

Con el mismo rasero midió la autoridad estatal a las familias inundadas por el frente frío número 20.

Les dio una despensa y punto. Se acabó. No hay más, que alivien su dolor con alimentos enlatados. Pónganse a secar sus casas y a ver cómo le hacen para comprar de nuevo sus pertenencias.

Con una despensa por familia, Pemex y el gobierno estatal atendieron los reclamos de los tabasqueños. De ahí que el fruto de esa miopía reventara en Villahermosa con plantones.  

Sólo se entiende esa visión cuando la política está al servicio de la plutocracia y a los pobres sólo les avientan desperdicios.

Pues dirán los gobernantes: que se jodan, para qué son pobres; que se conformen con una despensa y ya.


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