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Luis Antonio Vidal
Diputados y sus millas premier
Viajar es uno de los placeres que más disfruta el ser humano.
En los políticos, los viajes se convierten en un delicioso
hobby naturalmente patrocinado con cargo al erario y la dolce vita es más dulce
aún.
Qué mejor manera de disfrutar del mundo que, además de no
poner dinero de la bolsa propia, hacerlo con honores y privilegios
diplomáticos.
Así gozan nuestros diputados de esta hermosa costumbre sin
aportar un solo peso de su rechoncha dieta.
Y se da en todos los partidos, de todos colores y
sabores.
Los diputados federales tabasqueños sí saben ser viajeros
frecuentes y han extendido sus alas a Europa, Asia, Sudamérica y hasta
paradisiacas islas donde se recrean las pupilas con diminutos bikinis.
En 2012, Nelly Vargas, legisladora tabasqueña por Movimiento
Ciudadano, inauguró los viajes internacionales. En París saludó a la Torre Eiffel y se codeó con la crème et nata de los
parlamentos del mundo.
La misma Vargas paseó por Medellín,
Colombia, meses más tarde.
Juan Manuel Fócil, perredista defensor de la resistencia
civil, turisteó en Burdeos, para participar en una comisión de desarrollo
metropolitano (sic).
Juan Francisco Cáceres y Gerardo Gaudiano también acumularon
miles de millas. Uno panista y otro perredista. Viajaron a Seul, Corea del Sur,
para asistir, vea usted “en el lanzamiento de los trabajos para la preparación
del Séptimo Foro Mundial del Agua”.
En pocas palabras, con dinero del pueblo disfrutaron de la
bella Seúl sólo para comprar souvenirs y coleccionar postales.
Le cuento también: meses más tarde, el mismo Cáceres se fue
de pata de perro a la República Dominicana; Claudia Elizabeth Bojórquez a Sao
Paulo, al igual que Antonio Sansores.
En total, 8 diputados federales del PRD por distintos estados
asistieron al Foro de Sao Paulo con resultados desconocidos.
Luego, para reponerse del cansancio, Sansores se dio un
caribeño paseo por La Habana a otro encuentro.
Podrán argumentar los diputados en su defensa que andan en
busca de conocimientos y experiencias “para servir mejor a su patria”. Eso está
a discusión. Llevan más de un año cobrando como legisladores y no se ha visto
que muevan un solo dedo para mejorar Tabasco, a excepción de Gaudiano que medio
se salva del patíbulo.
Del panista Cáceres
sólo se conocen sus declaraciones contra los gobiernos federal y estatal; nada
aporta a la dignificación de la política… o peor, por la simulación de su
verborrea.
Ni
imaginarse que el Gobernador Arturo Núñez viaje al extranjero a tratar asuntos
de Estado. Imposible, so pena de soltar la jauría de estos vividores del
presupuesto para descalificar su afrenta de gastar dinero del pueblo en tiempo
de crisis.
Pero ellos,
los diputados federales, sí pueden darse ese lujo. Viajar y viajar con una
dieta de 75 mil pesos mensuales que nadie se las cree, con 45 mil pesos para
asistencia legislativa y 28 mil para atención ciudadana.
Beben y beben
con cargo al presupuesto, sin que nadie se los recrimine, porque para eso son
representantes de un pueblo que se muere de hambre para pagarles sus lujos.
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