jueves, 20 de marzo de 2014

(20/03/14)
Vector X
Luis Antonio Vidal

Audomaro, Núñez y “el Guille” Franco
Todos hemos de recordar el mundial de futbol de Sudáfrica 2010. La participación de la selección mexicana quedó marcada por una obstinación.

Javier Aguirre, técnico nacional, se esmeró en alinear en el equipo titular al argentino naturalizado mexicano Guillermo Franco, conocido como “el Guille”.

Desde los partidos previos a esa justa mundialista, el Guille sufrió una baja de juego; pese a ello, Aguirre ordenó su participación en el primer partido del Mundial.

Y fracasó.

Sin aportar algo a su equipo –bueno, sólo decepción- Guille Franco jugó el segundo y el tercero; también los octavos de final ante el airado reclamo de todo el país por la terquedad de “El Vasco” de alinear a un bulto.

Aguirre se amachó.

Se dice por compromisos con dueños de los clubes internacionales, con patrocinadores y hasta por una promesa millonaria de inconfesable origen.

Se ganó el repudio de los aficionados por esa decisión cuya consecuencia fue, según especialistas deportivos, determinante para la pronta  eliminación de la oncena tricolor en ese mundial.

Algo parecido le ocurre al Gobernador Arturo Núñez con su secretario de Seguridad Pública Audomaro Martínez Zapata.

Concluyó el innecesario período de aprendizaje y el General nomás no aprende. Pero tampoco lo despiden.

Los secuestros aumentan, la prevención del delito no existe y Tabasco figura en los primeros planos nacionales de inseguridad.

En el colmo de la incapacidad, no puede controlar ni a sus mismos policías, empleados que deberían cuadrarse ante sus órdenes.

Al contrario, ya le faltaron al respeto y hasta amagaron con amarrarlo como tunca cuando se atrevió a encararlos en el patio de la corporación.

Incluso los vigilantes de la SSP exhibieron su riqueza, así como en este Vector se reveló en enero pasado su afición por los finos relojes Rolex, su colección de brillantes, zafiros y esmeraldas, sus caballos árabes, aztecas y hanoverianos, así como las costosas pinturas al óleo manifestadas en su declaración patrimonial.

Defensa de un antipeñista
Como nunca, Villahermosa sufre más de tres días sin policías.

Soldados y marinos andan haciéndola de agentes de tránsito, reconviniendo parejitas traviesas en los parques y andan con mangueras en mano por si surge algún incendio para sofocarlo.

Han degradado el uniforme y todo por cumplir la orden superior de hacer la chamba de Audomaro quien, paradójicamente, representa el acendrado antipeñismo de López Obrador.

Al secretario de Gobierno, Raúl Ojeda, también lo mandaron a la guerra sin fusil.

No tiene facultades para negociar nada. Sólo para ofrecer una mesa de negociación y proteger, con el cuchillo entre los dientes, a Audomaro quien, como el Guille Franco, es inamovible.

Como esto va creciendo, Ojeda ha empezado a repartir culpas para endilgar la paternidad del conflicto a grupos políticos del pasado, cuando es público y notorio –dirían los abogados- que la incompetencia del General es la semilla de la discordia.

Como si no supiéramos que este gobierno se desestabiliza solito, sin ayuda de nadie.

Así como anda de caliente el conflicto, Octavio Romero ya deslindó a López Obrador de Audomaro.

No se lo recomendó a Núñez, ataja Octavio, versión inverosímil conociendo tooodo el pueblo la cercanía del maltrecho militar con el político en decadencia.

Se desmarca de Audomaro quien entró al gobierno con blasones y fanfarrias.
Hoy, esos blasones han sido doblados y manchados; y las fanfarrias se convirtieron en trompetillas.


Al estilo del salinismo
Llegó al extremo este gobierno de no ver ni oír los reclamos policiacos, indolencia indigna de un gobierno surgido de la izquierda.

Núñez ha cumplido su advertencia de no volver a dar la cara por los miembros de su gabinete. Ni falta que hace, si en silencio los encubre y desprotege a la sociedad.

Pareciera no importar la opinión de los policías, gordos e inútiles, como les dijo Audomaro, chaparros y prietos. Que se disciplinen y arriesguen sus vidas, al fin poco vale para este gobierno.

En el otro lado de la moneda, la sociedad tabasqueña da muestras de pundonor y estoicismo.

Ha soportado la intolerancia de su gobierno. Se ha autogobernado. Entonces ¿realmente lo necesita? Pareciera que no.

En cambio, el gobierno perredista de Tabasco sí necesita de papá gobierno federal, de papá Peña. ¿Qué sería hoy de Tabasco sin policías federales, militares y marinos?

De Peña dependen a causa de un gabinete incompetente.

Qué diferencia con Miguel Angel Mancera, jefe de gobierno del DF, quien ayer dio un golpe de autoridad al destituir a Enrique Horcasitas como Director General del Proyecto Metro por el escándalo de la línea 12.

No es más grave dejar a un pueblo sin transporte que dejarlo sin seguridad.

Cada quien atiende su juego como Juan Pirulero y se someterá al juicio de los ciudadanos llegado el momento.

En su reciente libro “Neoporfirismo. Hoy como ayer”, Andrés Manuel recupera una frase de León Tolstoi: “un estado que no procura la justicia no es más que una banda de malhechores.

Y remata:
“Para redondear su idea, el escritor ruso se preguntaba y respondía: Sin justicia, ¿qué es un estado sino una cuadrilla de bandidos?”.

Retrátelo usted con el gobierno que más le guste.

Sígame en twitter: @vidal_38


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