(08/01/14)

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Luis Antonio Vidal

Otro round entre Ojeda y De la Vega

César Raúl Ojeda y José Antonio de la Vega desconocen el daño que le ocasionan al gobernador Arturo Núñez, al llevar sus diferencias personales a pleito de gabinete. O si lo saben, poco les importa perjudicar a su jefe.

Pareciera una reedición del conflicto interno que en su momento protagonizaron Humberto Mayans y Héctor López Peralta, en el gobierno de Andrés Granier; o Jaime Lastra Bastar y Juan Carlos Castillejos, en el quinquenio de Manuel Andrade.

Y también va para largo.

Un solo hecho desnudó de nueva cuenta la falta de entendimiento entre el Secretario de Gobierno y el titular de Comunicaciones y Transportes: el descontrol político que derivó en la revuelta de pobladores de la villa Tamulté de las Sabanas, el pasado domingo.

No se coordinaron para atender el caso.

Por el contrario, pareciera que cada quien por su lado disfrutara de los conflictos que le estallan en el rostro al otro.

Apreciando que se trataba de un problema de competencia de la SCT, Ojeda se dio el lujo de instruir a su Subsecretario de Gobierno, Manuel Rodríguez, a no presentarse en el lugar de la manifestación.

Envió a un funcionario segundón a dialogar con los inconformes.

“Que lo atienda Pepetoño, es de su área”, debió ser su expresión, fiel a su estilo socarrón.  

Por su parte, De la Vega también le restó importancia al caso, tirándole la papa caliente al de Jonuta.

Ningún funcionario de la SCT, mucho menos él por supuesto, encaró a los pobladores. Es obvio, acostumbrado está a placearse los domingos en Champs-Élysées, y le causa escozor sólo pensar en platicar con tamultecos en plena zona chontal. Fuchi.

Sólo les mandó un humillante recado a través del mensajero de Ojeda “Que se presenten el lunes 6 a las 10 de la mañana en las oficinas de la SCT”.

Con este desdén, los funcionarios se pelotearon el problema.

Ni se ven ni se oyen

Ni la inclusión en el gabinete de Núñez fue motivo suficiente para que Ojeda y De la Vega Asmitia superaran sus diferencias. Se hablan poco, sólo lo necesario.

César Raúl debe el cargo a un compromiso político asumido por Núñez en la precampaña por la candidatura del PRD a la gubernatura.

José Antonio, en cambio, sabe que el mandatario lo procura, lo beca, le tiene afecto. Lo trae en su corazón. Está en el gabinete por el cariño que le guarda, incluso a su familia.

No olvidemos que su abuelo, don Darvelio Asmitia, fue Secretario de Seguridad Pública y compañero de gabinete de Núñez en el gobierno de Mario Trujillo.

Así que por diferentes motivos, los dos enemistados comparten hoy el encargo de resolverle problemas al gobernador. Pero se empeñan en crearle más conflictos, metiéndose el pie el uno al otro.

Es un sentimiento irreconciliable, porque se ha agregado un tercer personaje: José Antonio hace equipo con Oscar Cantón, representante del Gobierno de Tabasco en el DF, y francotirador a la Secretaría de Gobierno que ocupa Ojeda.

Mientras éstos forcejean en el ring, la gobernabilidad de la administración de Núñez se ahoga en vasos de agua.

¿Y por qué el pleito?

El pleito se remonta a las elecciones efectuadas el año 2000. Ojeda era candidato del PRD a la gubernatura y De la Vega competía por el PAN. Los dos contra Manuel Andrade.

En la recta final de la contienda, César Raúl exigió públicamente a José Antonio declinar a su favor para hacer efectivo el voto útil para vencer al priísta, impuesto por Roberto Madrazo. Incluso lo tachó de hacerle el juego al PRI-Gobierno.

Nunca declinó De la Vega. Ambos perdieron.

La historia completa se la relato el próximo viernes aquí mismo.

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